jueves, 21 de mayo de 2015

Rebeldía en la Adolescencia

Cuando llega la adolescencia se produce un cambio en la relación con nuestros hijos. Empezamos a notar una transformación en su carácter y su comportamiento cada vez es más rebelde. Nos cuestionan todo lo que decimos, disminuyen la comunicación con nosotros, nos dan contestaciones cortantes y nos responden con monosílabos.

La rebeldía es una característica propia de los adolescentes que se pone de manifiesto en sus actitudes de diferentes maneras; protestando constantemente, oponiéndose a las normas o a lo establecido, desobedeciendo por sistema y enfrentándose con frecuencia a los padres, tutores y profesores.
Rebeldía. Rechaza las normas y suele perder el control de sus emociones.

El comportamiento rebelde de los adolescentes es la consecuencia de la búsqueda de independencia. Necesitan distanciarse de la relación de dependencia y protección que han tenido con sus padres para adentrarse en el mundo adulto y encontrar su identidad personal.
 Lograrlo es un proceso que presenta muchas dificultades y su principal problema son los padres y su propio carácter. En cuanto a sus padres se producen discusiones continuas y desacuerdos con ellos. Se siente frustrado e insatisfecho por cómo les tratan y le exaspera el comportamiento que tienen hacia él.

El adolescente intenta que sus padres cambien de actitud hacia él, se está haciendo mayor y necesita más libertad. La mayoría de las discusiones surgen en torno a los nuevos privilegios que él desea adquirir como ampliar el horario de salida, libertad en la elección de la ropa y del peinado, una moto o las llaves del coche, etc.

Con respecto a su carácter se encuentra bastante desorientado por los cambios que está sufriendo. Además de los fisiológicos, también se producen cambios en su forma de pensar y de sentir, experimenta sensaciones nuevas y formas de ver las cosas diferentes. Todo es nuevo y desconcertante para él.

Como consecuencia de estos cambios, es frecuente que pierda el control sobre sus emociones y no sepa cómo reaccionar ante situaciones que no entiende ni puede controlar. Se revela ante todo lo que considera injusto. Rechaza reglas y normas que él no considera lógicas o le parecen absurdas, ya sean sociales o familiares, y se niega a cumplirlas.


Está elaborando su propio criterio ante todo lo que le rodea, necesita tiempo y paciencia para tener autodominio y abandonar su actitud rebelde.

Los Diferentes Tipos de Rebeldía Adolescente

Según algunas publicaciones, existen cuatro tipos de rebeldías:

 La rebeldía regresiva que nace del miedo a actuar y se traduce en una conducta de encogimiento, de reclusión en sí mismo, en el que el adolescente adopta una postura de protesta muda y pasiva contra todo.

La rebeldía agresiva que, a diferencia de la anterior se expresa de forma violenta. Es propia del débil, de quien no pudiendo soportar las dificultades que se presentan en la vida diaria intenta aliviar su problema haciendo sufrir a los demás.

La rebeldía Transgresiva que consiste en ir contra las normas de la sociedad, bien por egoísmo y utilidad propia, bien por el simple placer de no observarlas.

La rebeldía progresiva es el signo del que sabe comprender la realidad, pero no soporta las consecuencias de la injusticia, el que trata de mejorar las reglas y no transgredirlas.

La adolescencia es una etapa en la que las relaciones con los hijos se hacen más complejas. Veamos a continuación una serie de sugerencias que pueden ayudarnos en este periodo tan difícil a tener una mejor relación con nuestros hijos y evitar, en la medida de lo posible, ese comportamiento rebelde:

- Ser críticos sólo en lo esencial. No podemos juzgar ni criticar aquellos aspectos de nuestro hijo que no sean realmente importantes. Es mejor no reprenderle en cuanto su modo de vestir, de hablar, el tipo de música que escucha o su forma de peinarse. No son temas esenciales en su educación, pero para él son de gran importancia porque es una forma de identificarse con su grupo de amigos.
- No cuestionarse su estado de ánimo. El adolescente está experimentando emociones y sentimientos nuevos. Es fácil que pase de un estado eufórico a otro depresivo o malhumorado. Estas variedades de su estado de ánimo son comunes, lo mejor es no darle excesiva importancia. También es frecuente observar en él comportamientos perezosos o de absoluta desgana en todo lo que realiza. Para corregir esta conducta lo más adecuado será hacerlo a través del ejemplo y con el refuerzo de sus comportamientos positivos.

- Darles responsabilidades. Los padres tienen que dejar de estar siempre encima de su hijo, tienen que asumir que ha crecido y empezar a tratarle de diferente manera a como lo hacía en la infancia. Es más aconsejable dar responsabilidades y luego pedirles cuentas, que tenerlos sobre protegidos y no permitirles que se relacionen socialmente.

- Intentar mantener una buena comunicación. Desde la infancia los padres han de tener con sus hijos una relación basada en la confianza y el respeto. Debemos procurar tener conversaciones y momentos divertidos con nuestros hijos, buscar ocasiones para hacer actividades con ellos y disfrutar del tiempo que pasamos juntos. De esta forma, cuando llegue la adolescencia, será más fácil entendernos con ellos y se podrán evitar muchos comportamientos rebeldes tan característicos del adolescente, que a veces son consecuencia de una falta de entendimiento con los padres.

- Escuchar con atención. Siempre debemos escucharles con atención, esperando a que finalice para intervenir y no ridiculizar ni menospreciar lo que dice.

Conducta de los Padres con los Adolescentes

Los padres deben comportarse de forma natural ante estos nuevos comportamientos de sus hijos. Tienen que tener en cuenta que es un período normal en el que muchas cosas están pasando dentro de ellos tanto a nivel físico como psicológico.
Además, en la adolescencia empiezan a tener que enfrentarse a los primeros problemas en los que los padres no podrán ayudarles. Los padres deben realizar un gran ejercicio de comprensión para poder ayudarlos.

También es muy importante que el adolescente perciba que tiene su espacio, su intimidad y que ésta es respetada. Si los padres han sido ejemplares en su comportamiento y lo siguen siendo a pesar de los cambios en su hijo, los resultados se verán en estos momentos.

Pero nunca es tarde para acercarnos a nuestros hijos. Deben percibir esa mezcla de autoridad paternal a la que se respeta pero por la amistad. Los padres más que nunca deben de ser amigos de sus hijos adolescentes y aconsejarles, ayudarles y no reprocharles por las equivocaciones. Es normal que el adolescente se equivoque, incluso, es necesario, porque con las equivocaciones también se va curtiendo.

 La Rebeldía de los Adolescentes, Explicada a los Padres.

No hay hijos rebeldes, hay padres que no han hecho la tarea de educación que tenían encomendada. Los hijos se van tornando rebeldes a medida que van ganando a los padres las pequeñas batallas que plantean cada día. Pero siempre hay tiempo de darse cuenta que los padres tienen la obligación ineludible e irrenunciable de seguir educando a sus hijos, aunque estos no lo quieran. Por lo menos mientras vivan bajo su techo familiar.

La educación de los hijos empieza por la educación de los padres. No se puede pedir hijos bien educados si ellos ven que los padres no lo están o si ven que no se comportan como deben.
Es imprescindible educar a los hijos para que la sociedad no les castigue cuando sean hombres. Si los padres no han dado a sus hijos la educación adecuada, o estos no la han asimilado, cada vez será más difícil convencerles de que tienen que cambiar y dejar a un lado esa rebeldía que empiezan a practicar.

Los padres tienen que hablar y actuar de forma muy clara con los hijos que ejerzan de rebeldes. Tiene que explicarles las nuevas normas de la familia. Horarios de entrada y salida de la casa, trabajos domésticos, tareas escolares, asistencia a la escuela, calificaciones escolares, relaciones con determinados amigos, manejo del dinero familiar y un largo etc. Indicarles también que si no las cumplen les va a poner unos fuertes castigos y que los van a hacer cumplir.

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