Bullying es un anglicismo
que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE), pero
cuya utilización es cada vez más habitual en nuestro idioma.
El bullying se refiere a
todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren
sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u
otros. La persona que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el
otro, a través de constantes amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así
tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años.
La víctima
sufre callada en la mayoría de los casos. El maltrato intimidatorio le hace
sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto que, en algunos casos, puede
llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio.
El bullying suele darse en el aula y en el patio de la escuela. Este tipo
de violencia por lo general afecta a niños y niñas de entre 12 y 15 años,
aunque puede extenderse a otras edades.
Cuando se habla de bullying
hay que establecer que los profesionales expertos en la materia tienen muy
claro qué perfiles tienen el acosador y el acosado.
Perfil del Acosador:
• El acosador es alguien que necesita tener el dominio sobre
otro para sentirse poderoso y así ser reconocido.
• Carece de habilidades sociales y no muestra ningún tipo de
capacidad de empatía.
• Por regla general, es alguien que suele tener problemas de
violencia en su propio hogar.
• No tiene capacidad de autocrítica y manipula a su antojo la
realidad.
Perfil del Acosado:
• Tiene baja autoestima y además no posee una personalidad
segura.
• Presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí
mismo.
• Se trata de una persona muy apegada a su familia y que no
tiene autonomía.
• Suele presentar algún tipo de diferencia con el resto de
sus compañeros de clase en lo que se refiere a raza, religión, físico…
El agresor o acosador
molesta a su víctima de distintas maneras, ante el silencio o la complicidad
del resto de los compañeros. Es habitual que el conflicto empiece con burlas
que se vuelven sistemáticas y que pueden derivar en golpes o agresiones
físicas.
Los casos de bullying
revelan un abuso de poder. El acosador logra la intimidación del otro chico,
que lo percibe como más fuerte, más allá de si esta fortaleza es real o
subjetiva.
El bullying se ha convertido
en una de las principales preocupaciones que tienen los padres respecto a sus
hijos. Por tanto, es importante que aquellos presten atención a signos que
pueden indicar que sus vástagos están sufriendo acoso escolar:
• El adolescente presenta cambios de humor muy bruscos.
• Tiene miedo de ir al colegio y por eso siempre pone excusas
para faltar a clase.
• Se produce un importante cambio en lo que es el rendimiento
escolar.
• No cuenta nada sobre su día a día en el centro.
Componentes del Bullying
Los expertos señalan que el bullying implica
tres componentes clave:
1. Un desequilibrio de poder
entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o sólo
percibido por la víctima.
2. La agresión se lleva a
cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la víctima de un modo
intencionado.
3. Existe un comportamiento
agresivo hacia una misma víctima, que se produce de forma reiterada.
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